Comenta Beatriz Vera, en su didáctico libro Psicología Positiva , que «el optimismo determina la manera en que las personas hacen frente al estrés y a los problemas en general» y asimismo que » el optimismo lleva asociado hábitos de vida más saludables».
Los optimistas y los pesimistas utilizan diferentes estrategias de afrontamiento del estrés: las estrategias de los optimistas están orientadas al problema (planificación, reinterpretación positiva, búsqueda activa de soluciones…) mientras que las estrategias de los pesimistas están orientadas a la evitación del problema (negación, distanciamiento conductual y mental, medidas de evasión…)
Estas diferencias podrían estar detrás del hecho de que las personas optimistas se vean menos afectadas por la sintomatología física que comúnmente se asocia a altos niveles de estrés, que las personas pesimistas.
El optimista inteligente (no ingenuo) cree que las cosas van a salir bien
y se esfuerza para que salgan bien,
pero a la vez se prepara por si salen mal